El deterioro cognitivo se podría definir como un deterioro objetivo de la memoria, que no afecta la realización de actividades diarias. Puede estar relacionado con el envejecimiento normal y se caracteriza por problemas de memoria, lenguaje, pensamiento o juicio:
La disminución del rendimiento cognitivo también puede estar relacionado con estados de depresión, irritabilidad, ansiedad y apatía. En estos estados leves, no se cumple ningún criterio de demencia. Está frecuentemente asociado a la edad, de tal manera que un 30% de las personas mayores de 65 años los presentan.
Sin embargo, el estilo de vida, la falta de descanso, el estrés, o una dieta desequilibrada también pueden generar carencias en micronutrientes que afectan el rendimiento mental, la concentración y la memoria a todas las edades.
Un aporte suficiente en ácidos grasos Omega 3, vitaminas como la C, E, vitaminas del grupo B o el ácido pantoténico aseguran un funcionamiento normal del cerebro y el sistema nervioso, del metabolismo energético y una protección de las células frente al daño oxidativo.
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