Tratamiento nutricional en las tendinopatías
Las afecciones del tendón (tendinopatías) son unas de las lesiones más comunes inducidas por desgaste del sistema músculo esquelético. De éstas, aproximadamente, entre el 40-50% de todas las lesiones deportivas y más del 48% de las enfermedades ocupacionales son tendinopatías.
¿Qué son los tendones?
Son tejidos corporales formados por haces de fibras de colágeno cuya función principal es la de conectar los músculos con los huesos, transmitiendo toda la fuerza para el movimiento. Para cumplir estas tareas, los tendones tienen una estructura específica.
Están compuestos, basicamente, por proteínas estructurales de Colágeno Tipo 1 y Elástica. Estas proteínas están integradas en una matriz hidrofílica compuesta por proteoglicanos y glicoproteínas. Aproximadamente entre el 58-70% del tendón es agua.
Entre las fibrillas de colágeno se encuentran unas células (tenocitos), que sintetizan el colágeno y todos los demás componentes de la matriz, así como enzimas anabólicas de los tendones y enzimas catabólicas. Por tanto, estos tenocitos juegan un papel central en la regeneración y, por consiguiente, en el buen funcionamiento global del tendón.
¿Cuáles son las causas de la lesión?
La lesión del tendón viene condicionada por factores extrínsecos e intrínsecos:
- Causas extrínsecas: incluyen los factores que aumentan la carga sobre los tendones, como el entrenamiento incorrecto, movimientos repetitivos, la inestabilidad articular, equipamiento incorrecto, sobrepeso, calzado inadecuado, etc.
- Causas intrínsecas: incluyen todos los factores que reducen la capacidad de carga de los tendones, entre ellos se encuentra la edad (cambios estructurales), genética, inactividad, ingesta de ciertos medicamentos (ciprofloxacina), el metabolismo (hipotiroidismo, hipercolesterolemia, diabetes, etc.) y alimentación (malnutrición).
Si nuestros tendones poseen una capacidad de carga inferior debido a factores intrínsecos, tienden a lesionarse incluso bajo un incremento moderado de la carga en el ámbito diario o laboral.
¿Cuáles son sus principales afecciones?
Las afecciones más comunes son:
- Tendinitis: inflamación del tendón (aparecen con mayor frecuencia en codo, el talón, el hombro y la muñeca).
- Rotura tendinosa: aparece con mayor frecuencia en talón y bíceps braquial.
- Tenosinovitis: es la inflamación del revestimiento de la vaina que rodea al tendón.
- Calcificaciones tendinosas: deposición de cristales de calcio que endurecen un tejido elástico como tendones.
En el pasado se pensaba que el dolor estaba causado, exclusivamente, por procesos inflamatorios y, por consiguiente, las tendinopatías fueron denominadas incorrectamente “Tendinitis”. En la actualidad se cree que las alteraciones mecánicas y bioquímicas del tendón son también responsables del desarrollo del dolor.
Fases de curación del tendón
Si la carga sobre un tendón excede su capacidad, se formarán micro roturas en las estructuras de colágeno. Dichas lesiones se curan en tres fases superpuestas: fase inflamatoria (0 a 7 días), fase proliferativa (1 a 8 semanas aprox.) y fase de remodelación (6ª semana hasta 1 año aprox.).
Cuanto más distal sea la lesión, el tiempo necesario para su completa curación se acorta. La tendinopatía del tendón de Aquiles requiere 4-6 meses a diferencia de la del manguito rotador que puede prolongarse hasta 12 meses. La recuperación completa es lenta debido a la baja tasa metabólica de los tenocitos y su baja irrigación (tiempo de renovación de 50 – 100 días).
Enfoque terapéutico de la tendinopatía
Si el proceso de curación se altera repetidamente, el resultado final es la cronificación de la enfermedad o rotura del tendón. Las visiones actuales de las enfermedades crónicas del tendón abren nuevas y prometedoras opciones terapéuticas.
Solo una estructura esencialmente intacta del tendón asegurará una ausencia permanente de síntomas. Para permitir la reparación adecuada del tendón, el organismo tiene que aportar todos los componentes necesarios. Por tanto, el objetivo de la terapia no debería limitarse, exclusivamente, a la desaparición del dolor o prevención de las causas de sus desencadenamiento.
Tratamiento nutricional
Además de la terapia manual y rehabilitación, el mantenimiento o restablecimiento del equilibrio metabólico del tejido del tendón es un requisito indispensable. Para alcanzar este equilibrio es necesario aportar los nutrientes necesarios.
Una alimentación equilibrada y un estado de salud óptimo es el primer peldaño que debemos alcanzar. Además, debemos priorizar un aporte proteico suficiente y de aquellos micronutrientes implicados en la reparación regular de los tendones, especialmente el colágeno. Micronutrientes como el manganeso, vitamina C y el cobre contribuyen a la forma normal del tejido conectivo.
Los tendones inflamados están sometidos a un elevado estrés oxidativo. La ingesta suficiente de vitamina C, vitamina E y vitamina B2 (riboflavina) así como con zinc, selenio, cobre y manganeso contribuyen a la protección de las células del estrés oxidativo.
Por último, el Omega 3 (EPA y DHA) junto con sulfato de condroitina, glucosamina y las enzimas (como bromelaína y papaína) se presentan como cofactores importantes en la regulación de los procesos inflamatorios. Por todos estos motivos el asesoramiento de un nutricionista dietista es esencial para elaborar el tratamiento nutricional personalizado y adaptado a cualquier situación.