El embarazo es el término utilizado para describir el período en el cual un feto se desarrolla en vientre o útero de una mujer. La suplementación de micronutrientes también contribuirá en la concepción y el desarrollo del bebé.
El ácido fólico también favorece el crecimiento normal del tejido materno.
En el embarazo tienen lugar millones de divisiones celulares para formar al bebé y los tejidos maternos como la placenta. Esto provoca cansancio y agotamiento.
Los micronutrientes como calcio, magnesio, zinc, hierro, vitamina D, vitamina B12 y ácido fólico intervienen en la división celular. El calcio también es necesario para mantener unos huesos normales, y la vitamina D contribuye a su absorción/utilización normal. La vitamina C, las vitaminas B2, B6, B12, el ácido fólico, la niacina, el ácido pantoténico y el magnesio contribuyen a la disminución del cansancio y la fatiga.
La ingesta de ácidos grasos esenciales como el ácido docosahexaenoico (DHA) por la madre contribuye al desarrollo normal del cerebro y al desarrollo de la vista en el feto y en el lactante.
Un correcto aporte de micronutrientes contribuye a una correcta función del sistema inmune, lo cual es importante para evitar infecciones durante el embarazo. Son especialmente relevantes para ello la vitamina C, la vitamina B6, la vitaminaB12, la vitamina D, el ácido fólico, el hierro, el zinc, el selenio y el cobre.
Una correcta salud intestinal en la madre favorecerá una correcta salud intestinal en el bebé. Para ello, se recomienda alimentarse adecuadamente, eliminar tóxicos (alcohol, tabaco…), estrés y demás factores que afectan negativamente a nuestra microbiota, responsable de mantener en condiciones óptimas nuestra barrera intestinal. Los probióticos puede ser de gran utilidad para ello.
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