En la actualidad, conocemos como probióticos a los complementos alimenticios a base de microorganismos vivos. Todos ellos producen efectos beneficiosos sobre el organismo y mejoran el equilibrio microbiano intestinal (Fuller, 1989).
La cantidad necesaria para que estos microorganismos realmente ejerzan un efecto beneficioso es elevada (de 100 a 1000 millones de unidades formadoras de colonias o UFC por dosis).
Los microorganismos más empleados en los probióticos son componentes de la microbiota protectora. También tradicionalmente se han utilizado para fermentar algunos alimentos.
Las cepas que más se usan como probióticos, probablemente por su inocuidad en cualquier circunstancia y por su eficacia probada, son Lactobacillus y Bifidobacterium. También se utilizan, entre otras, cepas apatógenas de Escherichia coli y Entecococcus faecalis.
Un buen probiótico debe reunir las siguientes características:
Actúan mediante la acidificación del medio intestinal (produciendo ácidos grasos de cadena corta), el mantenimiento del trofismo de la mucosa intestinal, la producción in vivo de sustancias antibacterianas, etc.
Tienen acción metabólica, ya que pueden sintetizar vitaminas y permitir la correcta absorción de minerales y acciones neurológicas, ya que intervienen en la producción y consumo de neurotransmisores.
Además, tienen una acción competitiva frente a la colonización por microorganismos potencialmente patógenos. Esta acción se ha documentado en investigación, por ejemplo, en la prevención y tratamiento de la diarrea asociada a antibióticos. La investigación se centra actualmente en tratar de conocer los mecanismos inmunológicos implicados en la actividad de la microbiota.
Se llama postbióticos a los componentes alimenticios que contienen microorganismos muertos (lisados) o sus componentes, es decir, factores generados por el metabolismo de los probióticos y liberados en el medio, confiriendo un beneficio para la salud. En definitiva, las células microbianas muertas.
La definición oficial, según un artículo de consenso publicado en Nature en 2021 porexpertos de la ISAPP, es: “una preparación de microorganismos inanimados y/o sus componentes que confiere beneficios a la salud del huésped.”
Depende de qué está actuando. Por una parte, el efecto beneficioso puede venir de los componentes de las células muertas que modulan el sistema inmunitario (por ejemplo LPS de E. Coli). Se ha estudiado, por ejemplo, el efecto beneficioso de autolisados de bacterias como Escherichia coli y Enteroccocus faecali en dermatitis atópica en niños, que tiene un efecto positivo en el sistema inmunitario, aumentando la síntesis de moléculas mensajeras antiinflamatorias (citoquinas).
Por otra parte, el efecto beneficioso puede venir de moléculas generadas por el metabolismo de las bacterias y presentes juntos con componentes inertes de las bacterias, como, por ejemplo, los ácidos grasos de cadena corta. El butirato es el más estudiado por su potencial inmunomodulador.
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