Tendones

¿Qué son los
tendones?

Los tendones están formados por haces de colágeno de tipo I y elastina, entre los que se disponen los tenocitos (células conjuntivas especializadas). Su función principal es actuar de intermediario entre las fibras musculares y la superficie ósea para que se realice el movimiento.

Son capaces de modificar la disposición de las fibras de colágeno y, de esa manera, hacer variar las propiedades mecánicas del tendón. También son aptos para almacenar energía y restituirla de forma secundaria, lo que le permite adaptarse al ejercicio físico. 

Una carga elevada o constante ocasiona microfracturas en los tendones y dolor en los tejidos cercanos. Las afecciones más comunes son:

  • Tendinitis (entre las que se encuentra, por ejemplo, la epicondilitis o codo de tenista).
  • Rotura.
  • Tenosinovitis.
  • Entesopatía.
  • Calcificaciones tendinosas.

Este tipo de lesiones pueden producirse de diversas formas, como al correr sobre un suelo duro o irregular, llevar calzado incorrecto o sufrir un exceso de peso corporal (para los tendones de pies y piernas) o realizar movimientos incorrectos al practicar algunos deportes (tendones de hombros y brazos).

La sobrecarga en los tendones puede afectar a su estructura de colágeno. Si esta sufre daños, inmediatamente se ponen en marcha mecanismos reparadores para iniciar la curación.

Como el metabolismo de los tendones es muy lento, el proceso curativo se prolonga durante mucho tiempo. Es recomendable ingerir un aporte nutricional extra de micronutrientes para estimular la reparación regular de los tendones, especialmente el colágeno. Micronutrientes como el manganeso y el cobre contribuyen a la formación normal del tejido conectivo.

Los tendones inflamados están sometidos a un elevado estrés oxidativo. La suplementación con vitamina C, vitamina E y vitamina B2 (riboflavina) así como con zinc, selenio, cobre y manganeso contribuyen a la protección de las células del estrés oxidativo.

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