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Disbiosis intestinal, ¿tiene tratamiento?

¿Has oído hablar de la disbiosis intestinal?¿Cuál crees que puede ser su tratamiento? Nuestra nutricionista Marta Moreno no cuenta qué es la disbiosis intestinal y qué podemos hacer para "tratarla"

Cada vez se habla más de la microbiota intestinal y de su alteración. Esta alteración es lo que comúnmente llamamos disbiosis intestinal. Gracias a la gran cantidad de estudios publicados sobre este microecosistema, sabemos la importancia que tiene en la aparición y desarrollo de distintas enfermedades.

 

Microbiota intestinal, empezamos por el principio

La microbiota intestinal es todo un complejo ecosistema formado por bacterias, virus, hongos, levaduras y otros microorganismos que viven en equilibrio. Este equilibrio, se llama eubiosis (todo lo contrario, a la disbiosis intestinal).

Este microecosistema reside a lo largo de nuestro tracto intestinal participando en funciones indispensables para la vida como son la producción de ácidos grasos de cadena corta, hormonas y neurotransmisores, participa en el metabolismo energético y permite el correcto funcionamiento del sistema inmune.

Entre los datos curiosos que encontramos, podemos destacar:

  • Aunque el microbiota no se encuentra únicamente en el intestino, la microbiota intestinal es la que posee el mayor número de microorganismos.
  • Pesa unos 200g (el peso de un mango mediano)
  • Las bacterias son entre 10-50 veces más pequeñas que nuestras células, pero a día de hoy sabemos que sólo somo un 10% de células humanas. Así que podríamos decir que somos más bacterias que células.
  • Puestas una al lado de la otra, darían la vuelta al mundo 2,5 veces

Interesante, ¿verdad?

 

Disbiosis intestinal, ¿La razón de mis problemas de salud?

Nuestro microbiota intestinal no es estática, va cambiando con el paso de los años pero siempre en un entorno de equilibrio.

Entre los factores que pueden alterar nuestro microbiota intestinal están el tipo de parto, la dieta, el estrés, el uso de medicación como los antibióticos, el ambiente donde vivimos y nuestra propia genética.

Todo este cóctel de factores, hacen que nuestro microbiota se altere conduciéndonos a la llamada disbiosis intestinal.

Gracias a todos los avances en el campo de la investigación sobre la microbiota, sabemos que su alteración se relaciona con la mayoría de las enfermedades y que por tanto, su modulación podría ser parte del tratamiento. Entre las enfermedades donde la microbiota juega un papel destacable están:

  • Enfermedades autoinmunes
  • Síndrome metabólico
  • Alergias
  • Ansiedad y depresión

 

¿Cómo sé si tengo una disbiosis intestinal?

Los síntomas son tan dispares como las personas que los padecen, pero en general, podemos identificar ciertos síntomas comunes en caso de disbiosis:

  • Alteraciones en las deposiciones
  • Sensibilidad alimentaria
  • -itis de repetición
  • Hinchazón y distensión abdominal
  • Aumento de gases
  • Cansancio y fatiga
  • Falta de concentración
  • Migrañas
  • Dolores musculares y articulares
  • Problemas de piel como dermatitis, acné y eczemas
  • Estrés, ansiedad e insomnio
  • Candidiasis

 

¿Existe un tratamiento para la disbiosis intestinal?

Posiblemente esta sea una de las preguntas más repetidas en el mundo de la microbiota intestinal.

Una disbiosis intestinal, no es un diagnóstico de una enfermedad en sí, sino que junto con muchas enfermedades cursa una disbiosis que modulándola se podría llegar a mejorar gran parte de los síntomas.

¿El tratamiento? No hay uno generalizado para todo el mundo. Consiste en individualizar unas pautas generales para conseguir modular todo el intestino. Como partes fundamentales del tratamiento aparecerían:

  • La alimentación: Podríamos decir que es la base. El tipo de dieta debe adaptarse a las necesidades de cada paciente, sus enfermedades,sintomatología y demás condiciones. Entre las dietas más estudiadas para mejorar la microbiota intestinal se encontrarían dietas de tipo antiinflamatorio como la dieta mediterránea o la vegetariana. En muchas situaciones, deberemos restringir el consumo de ciertos alimentos con el objetivo de aliviar síntomas y poder poco a poco volver a introducirlos.
  • Probióticos, prebióticos y metabolitos: Para ayudar a reestablecer el equilibrio de la microbiota necesitaremos apoyarnos en suplementos de probióticos que nos ayuden a colonizar el intestino, a modular la respuesta inmunológica y a defendernos frente a patógenos. Al igual que con la alimentación, esta suplementación debe hacerse de forma individualizada y de manos de un experto en la materia.
  • Apoyo hepático: Cuando la microbiota está alterada se producen cambios en la producción de sustancias que alteran el equilibrio de pH. Nuestro hígado es el responsable de mantener en equilibrio los cambios de pH. Por eso, en procesos disbióticos, también será importante prestar atención a este órgano.

 

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