La inquietud y la motivación son cualidades que nos empujan a conseguir algo que deseamos con intensidad. Sin embargo, como dice el refrán, “el que algo quiere, algo le cuesta” y en muchas ocasiones, con el ajetreado ritmo de vida que lleva la sociedad actual se hace un poco complicado reunir toda la fuerza física y mental que se necesita para superar ese proceso.
Si la época de exámenes se hace dura para los jóvenes estudiantes, las situaciones que requieren un gran esfuerzo mental durante un periodo de tiempo más o menos prolongado en la edad adulta, no se quedan atrás.
La nutrición es fundamental para favorecer un estado de salud general. Aportar los nutrientes necesarios en las cantidades correctas es imprescindible para que se produzcan los procesos de generación de energía, funciones fisiológicas, psicológicas y cognitivas.
Si esto no es así, el cuerpo y el cerebro dejan de recibir la gasolina necesaria para funcionar y es ahí, donde comienzan las dificultades: fatiga, cansancio, problemas de concentración, desánimo y hasta posibilidad de desarrollo de estrés y frustración por sensación de “no poder”. ¿Cómo mejorar la memoria en la edad adulta?¿Existen vitaminas que nos ayuden?
El papel de las vitaminas y minerales sobre la memoria y la concentración
Las vitaminas son sustancias esenciales para la vida del ser humano. Los micronutrientes (vitaminas y minerales) son requeridos en cada célula viva para el crecimiento, el desarrollo, funciones metabólicas básicas y su coordinación. Sin embargo, muchas vitaminas, solo las podemos obtener a través de los alimentos, es decir, el organismo humano no puede producirlas por sí mismo.
La bibliografía científica corrobora en numerosos estudios que las deficiencias de micronutrientes afectan negativamente tanto al rendimiento físico, como al mental.
¿Cómo luchar contra la pérdida de memoria en adultos? Vitaminas del grupo B, las grandes aliadas para mejorar la memoria y concentración
Este grupo de vitaminas destacan por ser las más influyentes en el buen funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
Junto con la vitamina C, calcio, magnesio y zinc desempeñan un gran papel en los procesos para generar energía, la síntesis de neurotransmisores, el suministro sanguíneo al cerebro, la neuroprotección, etc.
Las deficiencias de estos micronutrientes dan lugar a síntomas tales como fatiga, falta de concentración, falta de memoria, confusión, trastornos del estado de ánimo o la ansiedad en cierta medida.
Es importante destacar el papel del ácido pantoténico (vitamina B5) para el rendimiento intelectual. Lo podemos encontrar en las judías, guisantes, huevos, pescado, carne magra y cereales. La B5 es un precursor de la coenzima A, esencial para que se puedan producir un gran número de procesos metabólicos como la formación de glucosa y de ácidos grasos. También es importante para la formación de hormonas.
Dentro de los minerales, el zinc, el calcio y el magnesio son importantes para el funcionamiento del SNC.
El zinc está muy implicado en la neurotransmisión y por tanto, un aporte adecuado de zinc mejora la tasa de recuperación neurológica la memoria y la función cognitiva. La vitamina C, una de las “mejores amigas” del zinc, actúa junto a él y ejercen una acción antioxidante en los tejidos del cerebro. Existe evidencia científica que sugiere que la vitamina C se podría utilizar para prevenir la demencia y las patologías neurodegenerativas.
Es por esto que, una buena combinación vitaminas hidrosolubles del complejo B, vitamina C y minerales como calcio, magnesio y zinc, muestra los efectos positivos de un buen aporte de estos nutrientes en términos de función cerebral, de rendimiento mental y la mejora de algunos aspectos de la forma física o el rendimiento. Y además, está respaldado por una amplia evidencia científica.
Los famosos ácidos grasos omega 3, ¿Mejoran la memoria en adultos?
Los ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) son de gran importancia para el funcionamiento neuronal. El DHA, es uno de los ácidos grasos poliinsaturados que se encuentra en mayor proporción en el tejido nervioso siendo uno de los componentes principales de las membranas de las células del SNC. Participan en la modulación de muchos procesos importantes como el envío de señales entre neuronas, función antiinflamatoria, regulación del sistema inmune y del estrés. Alimentos muy ricos en omega 3 serían el pescado azul, frutos secos y semillas, lácteos y microalgas.
En estudios recientes, se ha sugerido que la ingesta de pescado y de otras fuentes de ácidos grasos omega-3 ha sido asociada con el retraso del deterioro cognitivo de forma leve. Población adulta que ingiere altas cantidades de EPA y DHA, mostraron una mejora en las funciones cognitivas tales como la fluidez verbal, la velocidad de procesamiento de la información y la memoria visual.
Es cierto que se necesita profundizar más y realizar más estudios para comprender como actúan a nivel intelectual, pero por ahora, los resultados son prometedores. La ingesta de DHA, contribuye a que se instauren las condiciones óptimas para un correcto desarrollo del cerebro.
¿Qué otras cosas nos ofrece la naturaleza para mejorar la memoria y la concentración?
- Ginkgo Biloba: árbol originario de Japón, utilizado desde hace más de 2000 años con reconocidas propiedades antioxidantes para el tratamiento de enfermedades neurológicas y De las hojas del ginkgo, se obtiene un extracto al ingerirse aumenta la circulación sanguínea. Esto es beneficioso para el organismo ya que este pierde la capacidad para irrigar adecuadamente los tejidos conforme avanza la edad, especialmente del cerebro. Como consecuencia de mejorar el aporte de sangre a los tejidos, se mejora el aporte de nutrientes al cerebro y de momento hasta la fecha, se ha observado que se mejora la capacidad cognitiva y la memoria.
- Té verde: Propiedades antioxidantes del té verde, pueden aumentar la actividad de la corteza frontal y parietal del cerebro, mejorando la capacidad cognitiva y el procesamiento de la información. Existe evidencia de que el té verde reduce de la ansiedad y tiene beneficios en la memoria y la atención.
- Semillas de uva: son ricas en proantocianidinas oligoméricas (POC), una serie de compuestos propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, las cuales reducen el estrés.
En conclusión, ¿Qué mejora la memoria y concentración en adultos?
Alimentar nuestro cerebro con la cantidad correcta de nutrientes necesarios es fundamental para lograr un máximo rendimiento mental. Realizando una adecuada alimentación equilibrada y variada basada en el patrón de la Dieta Mediterránea, aportamos los valores de referencia necesarios de estas vitaminas y minerales al día. Dedicar tiempo necesario a realizar las principales comidas diarias es fundamental para gozar de un buen estado de salud mental.
No obstante, con el actual estilo de vida puede ser difícil seguir una dieta equilibrada y completa que satisfaga todos los requerimientos de micronutrientes. Esto hace que empeore no sólo nuestra salud física, sino también mental apareciendo signos de falta de concentración o pérdida de memoria. Todo esto convierte a la suplementación con vitaminas en una opción para mejorar el rendimiento físico y mental de manera fácil y rápida para así conseguir mejorar la capacidad de concentración y memoria.
Autora: Violeta Cepeda, farmacéutica y estudiante de nutrición humana y dietética