Cuida tu hígado, lo necesitas para luchar contra la inflamación
23/02/2024
El hígado es nuestro “centro de operaciones”
La microbiota intestinal es un ecosistema complejo en el que los hongos tienen un papel crucial. Cooperan con las bacterias y son muy productivos, participando en funciones necesarias para la vida, como la digestión de hidratos de carbono o la absorción de nutrientes.
Candida spp. es el más prevalente en la microbiota fúngica (o micobiota) y vive de forma natural en el intestino, nuestra piel y mucosas y el aparato genitourinario.
En condiciones normales, el sistema inmunológico y las bacterias beneficiosas mantienen su colonización bajo control.
Alteraciones en la inmunidad, el estrés, desajustes hormonales, una alimentación rica en azúcares, alteraciones en la microbiota (disbiosis) o cierto tipo de medicación (antibióticos, inmunosupresores) puede provocar su sobrecrecimiento y causar una infección llamada candidiasis.
La candidiasis es una infección fúngica producida por cualquier especie del hongo Candida, siendo la más conocida Candida albicans.
Sucede cuando Candida spp., una levadura unicelular presente de forma natural en nuestro organismo, crece y cambia morfológicamente convirtiéndose así en un hongo filamentoso capaz de invadir nuestros tejidos y destruirlos provocando un
Además de afectar al tracto genital, la candidiasis también afecta al tracto gastrointestinal, siendo este tanto la fuente primaria de infección, como el reservorio para infecciones recurrentes posteriores.
El 98% de las mujeres con candidiasis vaginal presentan un reservorio intestinal de candida responsable de infecciones recidivantes.
Las candidiasis son 8 veces más frecuentes en mujeres que en hombres. El 75% de las mujeres sanas sufren de candidiasis al menos una vez en la vida.
Los factores más frecuentes que pueden provocar una candidiasis:
Candida forma biofilms para hacerse más fuerte. Un biofilm es una comunidad de células microbianas que se adhieren a una superficie y están rodeadas de una matriz extracelular. Estas estructuras son resistentes a terapias antimicóticas convencionales, la acción del sistema inmunitario y otros factores ambientales.
Los biofilms actúan como reservorio de células patógenas que tienen el potencial de sembrar infecciones diseminadas del torrente sanguíneo (candidemia) que puede provocar infecciones sistémicas invasivas de tejidos y órganos. Lesionan los tejidos y generan toxinas, provocando un aumento de permeabilidad intestinal y una reacción del sistema inmunológico.
Este microorganismo oportunista sintetiza una gran cantidad de toxinas (alrededor de 80) que producen mucha inflamación e irritación y alteran el sistema inmunológico, lo que puede suponer síntomas como:
Existe una comunicación bidireccional constante entre los microorganismos del intestino y los de la vagina en la mujer que estimula tanto la respuesta inmunológica a nivel local como a nivel sistémico.
Las infecciones por Candida se deben a un desequilibrio de la microbiota saprofita y, además de afectar al tracto genital, también afecta al gastrointestinal que es la fuente primaria de infección y el reservorio responsable de las infecciones recurrentes.
El 70% de las mujeres con candidiasis vulvovaginales recurrentes que son tratadas con antifúngicos convencionales es probable que sufran un episodio de recaída en los primeros seis meses post-tratamiento.
El abordaje de la candidiasis debe ser integral y considerar el desequilibrio general de la microbiota.
El manejo dietético y de estilo de vida, junto con la modulación de la microbiota con probióticos y prebióticos específicos, así como con micronutrientes o fitoterapia, son esenciales en la estrategia terapéutica.
Candida se alimenta de carbohidratos simples para sobrevivir, por lo tanto, la estrategia nutricional se va a centrar en reducir todo lo posible la ingesta de:
Se han estudiado agentes antifúngicos como la Pseudowintera colorata (rica en Polygodial) con efectos beneficiosos en el tratamiento frente a Candida albicans. Su combinación con Mirra permite ampliar su acción antifúngica.
El Polygodial presenta diferentes mecanismos de acción:
Candida puede tolerar los tratamientos antimicrobianos y antifúngicos lo que puede dificultar su eliminación. Un estudio prospectivo aleatorizado en pacientes con un historial de al menos cuatro episodios de candidiasis vulvovaginal en el último año (n=82), mostró que el Polygodial ofrece un control más eficaz en la prevención de la candidiasis vulvovaginal recurrente, reduce la recidivas y consigue la curación micológica completa a los 12 meses.
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